[Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. La cita del Génesis que aparece más abajo procede de la siguiente edición: Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1976].


El antiguo y el nuevo Testamento siempre han proporcionado una dimensión histórica a la liturgia, especialmente expresada en los vínculos tipológicos que unen los «tipos» del antiguo Testamento con los «antitipos» del nuevo Testamento («antitipo» significa «impresión»: el término procede de estampar y no tiene nada que ver con la hostilidad) — Alexander Murray, 8.

La tipología (o el simbolismo tipológico) es una forma cristiana de interpretación bíblica que procede del supuesto de que Dios anticipó la presencia de Cristo en las leyes, los acontecimientos y el pueblo del antiguo Testamento. Segœn este modo de comprensión bíblico, Sansón, que sacrificó su vida por el pueblo de Dios, anticipó parcialmente a Cristo, que repitió la acción, dotándola de un significado más profundo, completo y espiritual. De igual modo, el chivo expiatorio y los animales sacrificados en el templo de Jerusalén, que expiaron conjuntamente los pecados del hombre, junto con Aaron, el sacerdote de Dios, son tipos. Como explica Thomas Hartwell Horne en Introducción al estudio crítico y al conocimiento de las Sagradas Escrituras, el texto es de lectura obligatoria para los estudiantes británicos que estudian divinidad:

Un tipo, en su sentido primario y literal, simplemente denota un borrador rudo o modelo menos exacto a partir del cual se extrae una imagen más perfecta. Pero en el sentido teológico o sagrado del término, un tipo puede definirse como un símbolo de algo futuro o distante, o un ejemplo preparado y evidentemente diseñado por Dios para prefigurar ese algo futuro. Lo que de ese modo se prefigura se denomina antitipo.

Horne explica posteriormente que la Biblia contiene tres clases de tipos: el histórico, el legal y el profético.

Tipos históricos

Los tipos históricos, tales como los proporcionados por Moisés, Sansón, David, y Melquisedec, «son los personajes, las acciones, y las fortunas de algunos individuos eminentes recogidos en el antiguo Testamento que la Divina Providencia ha ordenado que sean prefiguraciones exactas de los personajes, las acciones y las fortunas de futuras personas que surgirán respetando la disposición del Evangelio». Por ejemplo, como explica Newman en «Moisés el tipo de Cristo», este primer gran profeta de los judíos prefiguró a Cristo como redentor, profeta, e intercesor de los pecadores.

Tipos legales

Los tipos legales comprenden la segunda gran rama de la tipología, conocidos también como tipos rituales, ceremoniales, y levíticos. Los intérpretes cristianos explicaron que mediante la asimilación de las reglas del sacrificio prescritas en el Libro del Levítico, simultáneamente reforzaron la necesidad del sacrificio mientras que mediante la sugerencia de la inadecuación de los sacrificios animales, apuntaron la necesidad de realizar sacrificios divinos.

Tipos proféticos

La tercera forma de la tipología abarca los «tipos proféticos [que] son aquellos mediante los cuales los profetas divinamente inspirados prefiguraron o expresaron cosas, o bien presentes o futuras, a través de símbolos externos». El más importante de todos los tipos proféticos fue el que aparece en el Génesis 3: 15 cuando Dios dice a la serpiente, «Enemistad pondré entre tœ y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tœ su calcañar». Todas las confesiones coinciden en que este pasaje del Génesis presagia la batalla fundamental del bien y del mal, facilitando así a los creyentes la visión de la ley central de la historia humana. F.W. Robertson, el clérigo de la Iglesia extensa, está de acuerdo con denominaciones más literales en que «es la ley la que gobierna el conflicto con el mal. Sólo puede aplastarse experimentando su sufrimiento . . . El Hijo del hombre que pone su pie desnudo sobre la cabeza de la serpiente, la destroza: su colmillo penetra Su talón».

Dado que la cláusula final del pronunciamiento de Dios, de que la serpiente morderá el calcañar del linaje de la mujer, ha sido tomada convencionalmente para prefigurar la Crucifixión, se ha comprendido comœnmente que esta primera profecía contenía todo el supuesto «plan del Evangelio» para la redención del hombre. Como John Charles Ryle, el obispo evangélico de Liverpool, argumentó en uno de sus numerosos tratados, «una cadena dorada recorre» la Biblia entera:

No existe la salvación fuera de Jesucristo. La destrucción de la cabeza de la serpiente presagiada el día de la caída, el recubrimiento con carne de nuestros primeros padres, los sacrificios de Noé, Abraham, Isaac y Jacob, la Pascua Judía y todos los particulares de la ley judía, el sumo sacerdote, el altar, la ofrenda diaria del cordero, la sacralidad de las sacralidades sólo conseguida mediante la sangre, el chivo expiatorio . . . todos predican al unísono que la salvación sólo viene por medio de Jesucristo.

Para Ryle, como para muchos escritores desde el Renacimiento hasta el siglo XIX, los tipos han proporcionado imágenes o situaciones que contenían un cosmos imaginativo completo. Como tales, los tipos bíblicos han abastecido a los autores británicos desde Donne, Herbert y Milton hasta Wordsworth, Browning, los Rossettis, y Hopkins, con los medios efectivos de la imaginería, la alusión (imagery, allusion) e incluso la caracterización (characterization).

Referencias

Landow, George P. Victorian Types, Victorian Shadows: Biblical Typology in Victorian Literature, Art, and Thought. Routledge: 1980. [Texto íntegro/Full text]

Murray, Alexander. "Modern Gothic" Times Literary Supplement (24 de octubre de 2008): 7-9.


Modificado por última vez en 1998; epígrafe añadido el 14 de noviembre de 2008