[Traducido por Terri Ochiagha Plaza y revisado por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces por George P. Landow..]

Hughes menciona trifulcas en la Guerra civil más que en los grandes campos de batalla. Los Chiltern Hills estaban en línea de fuego entre el Rey y el Parlamento. Aquí había una guerra de breves encuentros entre regimientos montados a caballo en los bosques de haya; caballeros con plumas en sus sombreros, Ironsides con Biblias en sus botas. En determinado momento, era muy evocador estar de pie sobre los cerros y mirar hacia Oxford, la capital del rey. Aquí se combinaba la historia y el paisaje. En los 1640, los jinetes del Rey hubiesen cabalgado por los caminos de ahí abajo:

¡Por Dios! ¡Por la Causa! ¡Por la Iglesia! ¡Por las leyes!
¡Por Charles, Rey de Inglaterra, y Rupert del Rhine!

El verso es de Naseby, por Thomas Babbington (Lord) Macaulay, 1800-1859. El Ridgeway neolítico también se encontraba por estos montes, así que los estudiantes de universidad de Hughes podían haber andado hasta aquí desde el valle del White Horse con solo cruzar un río, el Támesis. Disraeli compró una pequeña finca — Hughenden Manor — en estos cerros. Tiene vistas a través del plain y una pequeña colección de coníferas de todo el mundo. Hoy pertenece al National Trust. Puedes comer queso y manzanas, o empanada de huevo y bacon, en el patio del establo en el que se acicala a los caballos. Muchos de los arreglos Victorianos siguen ocupando su lugar en los puestos de la cafetería de los establos, marcados con los nombres de las fundiciones y talleres en ciudades que ya no son industriales.

Milton, por cierto, se escapaba de las sedalas para ir a Oxford a ver a la mujer con la que desastrosamente se iba a terminar casando. Más adelante, durante la Commonwealth o el Interregnum (el único breve periodo durante el cual Inglaterra permaneció una república) fue el Secretario de Latín de Cromwell — el Secretario de Estado de su día.

Quizás esta acumulación de detalles triviales — como la insistencia de Hughes en acederas y legumbres de pantano — me da la razón más de lo que me la puedo dar yo mismo. Si fueses ingles en los 1950, y lo suficientemente mayor para darte cuenta, todas estas cosas eran tan tuyas como tu personalidad o memorias de infancia. Te formaban y moldeaban, y te convertían en lo que eras — para bien o para mal.

Referencias

Hughes, Thomas. Tom Brown's Schooldays. Electronic version del Project Gutenberg producida por Gil Jaysmith and David Widger.


Last modified 28 June 2008; traducido 2009