[Traducido por Terri Ochiagha Plaza y revisado por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces por George P. Landow..]

Dos semanas después de que Tom Brown llega a Oxford, escribe una carta a un amigo más joven que sigue en Rugby, describiendo sus "primeras impresiones" de su colegio, el ficticio St. Ambrose. La carta de Tom, que también describe la explanada del colegio, deja claro que intelectual y espiritualmente St. Ambrose se queda corto del Rugby de Thomas Arnold. "Lo primero de todo, es un lugar tremendamente aburrido; por lo menos para los novatos como nosotros. Imagínate. Tengo doce asignaturas por semana que duran una hora cada una — el Testamento Griego, el primer libro de Herdoto, es segundo de Æneid, y el primer libro de Euclid. ¡Vaya chollo! Dos horas diarias, que terminan a las doce, o a la una como muy tarde, y nada de trabajo extra en forma de copias de versos, temas u otros ejercicios." (15) No solo es el trabajo tremendamente ligero, sino que las notas de los demás alumnos le recuerdan a Tom a su penúltimo año en el internado:

A veces pienso que estoy en el penúltimo curso; porque no trabajamos más de lo que hacíamos allí; y si pudieses oír a los chicos leer, se te pondrían los pelos de punta. �De donde cielos pueden haber salido? Como no lo hagan a propó sito, como suelo pensar. Por supuesto que nunca me miro la lección antes de entrar, y me lo sé casi todo de memoria, así que sería una pérdida de tiempo. Espero ponerme a leer alguna cosa u otra yo mismo; pero como sabes nunca fui un empolló n, y, por el presente, el poco trabajo me viene bien, porque hay mucho que ver y aprender en este lugar.

El tono religioso del colegio también le resulta a Tom bastante más inferior que el de Rugby.

Vamos a capilla todas las mañanas a las ocho, y por la tarde a las siete. Hay que ir una vez al día y un par de veces los Domingos — al menos, esas son las normas del colegio. . . .La gente asiste con regularidad, pero no creo que a los hombres les haga mucha gracia. Veo a varios que se traen a Euclids, u otros libros, y los servicios religiosos se pasan rápido. No podía entender al principio porqué algunos de los chicos parecían tan incó modos y anquilosados alrededor de las piernas en el servicio matutino, pero creo que son cazadores, y se ponen abrigos con forma redondeada (pea-coats) sobre sus pieles, y pantalones sobre sus pantalones de cuero y botas; que lo explica todo. Hay unos pocos que parecen muy devotos, se inclinan muchas veces y se giran hacia al altar en varias fases del servicio. Estos son de la Oxford High-church school, creo; pero pronto averiguaré algo más de ellos. En general, siento decirte que no estoy demasiado a gusto en la capilla. [15, 17]

La primera cró nica de Tom, que captura con precisión el estado de Oxford antes de sus posteriores reformas del siglo diecinueve, coincide con las experiencias de Ruskin en Christ Church, su colegio. Hughes fue a Oriel, que su narrador parece contrastar con St. Ambrose, así que no queda claro si representa su propio colegio o algún otro. Lo que sí está claro es que la baja exigencia educativa, religiosa e incluso deportiva no solo es resultado del acercamiento limitado al aprendizaje de la institució n, pero también de los grandes números de ricos gentlemen commoners.

Referencias

Hughes, Thomas. Tom Brown at Oxford. New Edition. N.Y.: John W. Lovell, n.d.


Last modified 28 June 2008; traducido 2009