Adoptada por Miss Havisham a una edad temprana, Estella nunca tiene una oportunidad para forjarse su propia identidad. Siendo educada como un instrumento para vengar su corazón roto, Miss Havisham la convierte en un objeto, transformándola en una hermosa muñeca a la que puede moldear. Descrita mediante gestos y no tanto mediante sus pormenores físicos, Estella carece de una presencia física individualizada dentro de la novela. Pip comenta al lector que es hermosa, pero no la retrata, de modo que el lector sólo conoce a Estella por medio de sus movimientos de manos o de sus ojos brillantes. Ante esta falta inusual de una descripción física, el texto construye a Estella como si estuviera desposeída de una esencia individual, representando en su lugar simplemente un mosaico de gestos y de frases. En paralelo a la manera en la que Miss Havisham la ve, este retrato de Estella, que la crea más como un objeto que como una persona, levanta su imagen como una mercancía valiosa en base a su belleza. Relatando un encuentro entre Miss Havisham y Estella, Pip observa que la primera

era como si estuviera acosando la belleza de Estella, sus palabras, sus gestos, y se sentó mirándola, mientras sus propios dedos temblorosos mascullaban, como si estuviera devorando a la hermosa criatura a quien había educado. [38, 320]

Cuatro ilustraciones de Estella y Miss Havisham: De izquierda a derecha: (a) "Usted puede romper su corazón " de H. M. Brock. (b) Estella y Miss Havisham de Sol Eytinge, Jr.. (c) Jugar al whist con la señorita Havisham. (d) "'¡Qué!' dijo Estella, '¿qué me reprochan por ser frío? Usted" de F. A. Fraser. [Haga clic en las imágenes para ampliarlas.]

En vez de ver a Estella como una persona en su totalidad, Miss Havisham la cosifica, fragmentándola en un conjunto de piezas separadas que juntas se convierten en el vehículo de su venganza. Refiriéndose a Estella como a una “hermosa criatura”, Pip muestra cómo Miss Havisham ha hecho de Estella no una persona sino un objeto cuyo valor procede de su belleza. La noción de Pip de que Miss Havisham parece querer devorar a Estella ilustra la posición de Miss Havisham como propietaria de Estella, y el daño que su influencia causa en su hija.

Deseando vengar su corazón destrozado, Miss Havisham utiliza a Estella como un instrumento para torturar a los hombres. Según Gail Turley Houston, moldeando a Estella como tal herramienta, Miss Havisham la transforma en una mercancía cuyo valor deriva de su atractiva sexualidad:

Al hacer de Estella un producto para tomar venganza de aquellos hombres que pública y económicamente se aprovecharon de sus deseos sexuales más íntimos, Miss Havisham sólo tiene éxito a la hora de duplicar la experiencia en el caso de su propia hija adoptiva, provocando que la chica sea únicamente una cosa que puede canjearse en el mercado del matrimonio (158).

El uso por parte de Houston de los términos “cosa”, “canjear” y “mercado”, evidencia cómo la urdimbre de la sexualidad de Estella permite al lector considerarla como una entidad económica. La explicación a Pip de que ellos “no son libres para seguir sus propios criterios” (33, 285), clarifica que se autodefine como una creación de Miss Havisham, y que forma su identidad de acuerdo con los pedazos a los que Miss Havisham otorga en ella valor.

Asimismo, mediante la utilización de joyas para describir a Estella, Grandes esperanzas establece el vínculo entre la sexualidad y la economía. Llamando la atención sobre las hermosas joyas con las que Miss Havisham engalana a Estella siempre que Pip las visita, éste dice, “Miss Havisham estaba durante todo el tiempo mirándonos, dirigiendo mi atención hacia la belleza de Estella y haciéndome notar todo esto aún más, abrochando las joyas en el pecho y el cabello de Estella” (11, 118). Miss Havisham recurre a las joyas para cosificar a Estella y destacar su sexualidad. Siendo ambas hermosas y valiosas, las joyas ejemplifican la conexión entre la economía y la sexualidad. El valor económico asociado a ellas realza la hermosura de Estella. La imaginería en torno a las mismas acecha a Estella a lo largo de la progresión de la novela, haciendo que comente a Pip, “Voy a escribir a Miss Havisham constantemente, y a verla regularmente, para informarle de cómo me encuentro (yo y las joyas), puesto que ahora son prácticamente mías” (33, 290). Estella habla como si las joyas fueran una parte de sí misma. Pip y Miss Havisham construyen a Estella al igual que a tales ornamentos, es decir, preciosa, valiosa y fría. Conocedora del eslabón entre la economía y la sexualidad, Miss Havisham, en lo concerniente a la completud de su creación, regala a Estella todas sus alhajas. Similar a las joyas, el valor de Estella como amante potencial procede de su belleza y riqueza.

Las citas de Grandes esperanzas incluyen el número del capítulo seguido por el número de página de la edición de bolsillo clásicos de Penguin (véase la bibliografía).

Los debates relacionados de esta novela (en español)


Great Expectations

Modificado por última vez en 1996